Cómo conservar los neumáticos del coche

Cómo conservar los neumáticos del coche
Vigilar el estado de desgaste o la presencia de daños en el neumático son operaciones vitales para nuestra seguridad. El neumático es uno de los elementos de seguridad activa más importante de un vehículo, por ello su buen uso y correcto mantenimiento debe ser una labor prioritaria para el conductor. Para conservar los neumáticos del coche de forma óptima, existen una serie de pautas que permiten lograr un mayor kilometraje de vida útil. Resulta de vital importancia la comprobación periódica de las presiones de inflado y, en caso de necesidad, realizar una operación de alineado de dirección, evitando así un desgaste irregular de la cubierta.

Obviamente, el neumático es una pieza que sufre un constante desgaste y que tiene una duración limitada. Pero su kilometraje de vida útil varía mucho en función de muchos parámetros. Depende del modelo del neumático elegido, de la marca del neumático elegido, el vehículo al cual va destinado, la dureza de sus componentes, etc. Al margen de ello, el conductor puede realizar una serie de operaciones de vigilancia que permitan alargar la vida de sus neumáticos.

Profundidad del dibujo

De vital importancia es comprobar a menudo la profundidad del dibujo. Si es inferior a 1,6 milímetros, se produce una pérdida importante de agarre que afecta a la seguridad de vehículo y ocupantes. Por otro lado, se pueden producir desgastes irregulares que reducen la adherencia. Éstos suelen ser síntoma de un posible problema mecánico del vehículo o de un incorrecto mantenimiento del mismo. El desgaste irregular puede producirse en el centro del neumático, cuando presentan una profundidad menor que los laterales de la banda de rodadura. También puede darse la circunstancia contraria, la profundidad de los surcos en el centro es correcta y, sin embargo, las zonas laterales del neumático están totalmente desgastadas. En todos estos casos, es necesario visitar un taller y proceder a una alineación de los neumáticos.

Revisiones periódicas

La revisión periódica de los neumáticos es una de las labores más descuidadas por parte del propietario del vehículo, ya sea por desconocimiento, o por dejadez. Cuando se detecte cualquiera de las situaciones descritas con anterioridad, es aconsejable ponerse en manos de profesionales, que detectarán y darán solución al problema. El correcto rendimiento de los neumáticos pasa por mantener siempre de forma correcta su presión de inflado. Una presión adecuada es un factor de seguridad y de duración.

Correcto inflado del neumático

El respeto por las presiones de inflado de los neumáticos es de máxima importancia para la seguridad. Debemos recordar que los neumáticos son la única unión existente entre el vehículo y el suelo. La pérdida de presión de un neumático puede ser debida a diferentes motivos, como la difusión natural del aire de inflado a través de los componentes del neumático, las diferencias de temperatura ambiente o pequeñas perforaciones que no suponen un pérdida importante, pero sí leve, en la presión.

Un bajo inflado puede generar un aumento anormal de la temperatura de los componentes de los neumáticos y, en consecuencia, puede provocar una degradación prematura e irreversible. Los efectos de una presión de inflado insuficiente no son únicamente inmediatos, sino que pueden aparecer después de haber sido corregida. Un neumático desinflado es un peligro para la seguridad de los ocupantes del vehículo.

Por todo ello, resulta de vital importancia verificar periódicamente las presiones de inflado, una operación que debe realizarse con los neumáticos en frío, es decir, sin haber realizado largos kilometrajes previamente. La comprobación de la presión de los neumáticos deber realizarse, al menos, una vez cada quince días. Y, por supuesto, no debemos olvidar de efectuar la misma comprobación sobre la rueda de repuesto.

El tipo de conducción influye

Y finalmente, no puede olvidarse la influencia que el tipo de conducción puede tener en el desgaste de los neumáticos. La suavidad en el momento de acelerar y frenar suaviza el esfuerzo que deben realizar las cubiertas. Afrontar con suavidad las curvas es otra circunstancia que permite alargar la vida de las ruedas.




 
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